León, Gto.- (OEM-Informex).- En los últimos años, las actividades de Responsabilidad Social Empresarial han cobrado protagonismo al interior de las organizaciones y se han asimilado como parte fundamental de las instituciones, ya que ponen en acción y dan visibilidad a los valores organizacionales de las empresas y abonan a su prestigio e imagen.
De acuerdo con Ignacio Serna, CEO de Serna Group, la tendencia de preferir adquirir productos y servicios a empresas con las que las personas comparten valores seguirá en aumento a lo largo de 2023, por lo que es un gran momento para que el sector empresarial inicie o aumente sus actividades de Responsabilidad Social Empresarial.
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En años pasados, se experimentó un proceso global de hipersensibilización ante temas de salud, ecológicos, éticos, legales y sociales, entre otros, catapultad por la digitalización y el acceso a la información.
“Ahora nos dirigimos a un 2023 en el que se percibe una reactivación en la economía, pero con clientes potenciales cada vez más analíticos y críticos, que desean productos o servicios socialmente responsables”, agregó la experta Itandehui Santiago.
Las relaciones públicas se enfocan en crear, gestionar y mejorar la percepción de la reputación, acercar a las empresas con sus audiencias y construir relaciones con actores clave; en ese contexto, las actividades de Responsabilidad Social Empresarial son un gran argumento para apoyar a que los objetivos se logren y prosperen en el tiempo a manera de blindaje reputacional.
Las actividades deben ser auténticas, diseñadas para influir de manera concreta y positivamente, en beneficio del entorno cercano de la organización, así como globalmente, de la sociedad, de los clientes, de las comunidades locales, del medio ambiente, de colaboradores y accionistas, con visión a mediano y largo plazo.
Es importante cumplir con los parámetros mencionados ya que, de otra forma, se puede revertir el efecto de manera negativa, y aunque suena complejo, actividades tan sencillas como plantar árboles, o adoptar políticas de inclusión, pueden cumplir con la mayoría de dichas condiciones.
En el 2023, la sustentabilidad de las empresas y organizaciones será una prioridad a nivel global por lo que enfocarse en este tema al momento de planear actividades de Responsabilidad Social Empresarial es fundamental y se trata de adoptar acciones encaminadas a reducir la contaminación, evitar contribuir con el calentamiento global, e impulsar el uso de energías limpias y alternativas.
“Desde nuestra experiencia, la Responsabilidad Social Empresarial es uno de los activos principales en la imagen de cualquier empresa y ahora más que nunca cobra especial relevancia. Bien pensada, planeada y con una ejecución impecable, los resultados son visibles para todos los participantes. Entre sus mayores y más importantes cualidades está que contribuye a robustecer la imagen de quien colabora en ella y permanece en la memoria colectiva como un legado”, concluye Ignacio Serna.