El cine del terror ha ido evolucionando conforme los efectos especiales avanzan en el mundo del cine, sin embargo, las historias son parte fundamental para envolver a los espectadores y entregarnos un trabajo audiovisual capaz de lograr su cometido: asustarnos.
Otra parte fundamental de esta evolución que ha ido viviendo Hollywood, es la incorporación de producciones fuera de Estados Unidos, las cuales (algunas en su versión original y otras con remakes norteamericanos) supieran cautivar por la exploración de distintos elementos en la temática del horror y misterio.
Sin lugar a dudas, una de las oleadas que mejor se supo adentrar en el cine de terror fue la japonesa de principios de los años 2000, las cuales ya había demostrado su capacidad en las salas asiáticas.
Abriendo la puerta
Durante finales de los 90, películas como “The Blair Witch Project”, habían dado un giro en las producciones de terror de la época, pues las películas de “metraje encontrado” irrumpieron en la industria para quedarse (y ser sobreexplotadas).
Algunos estudios se mostraban interesados en propuestas que triunfaban en cines de otros países y por aquellos años, el nombre de “Ringu” se encontraba ganando mucha popularidad en la taquilla japonesa.
Sin embargo, no fue hasta la salida de otras producciones igual de llamativas, que se optó por hacer remakes americanos como una prueba y fue un total éxito.
Con un presupuesto de 48 millones de dólares, llegó “The Ring” en 2002 de la mano del director Gore Verbinski, la cual se basó en “Ringu”, la cual ya era sumamente popular en Japón y contaba con una trilogía.
A pesar de conservar gran parte de la temática y estética de la producción original, el guión del título nipón era sumamente más extraño y enajenante, por lo que Verbinski optó por algo más directo y con algunos cambios que terminaron siendo un factor importante, como el del esposo psíquico de la protagonista por un niño.
Aunque el cambio era sutil (pero notorio), se conservó el argumento principal que se mueve a través de la VHS maldita y el espectro Sadako, el cual cambió de nombre a Samara.
“El Aro” como se le conoce en México, es considerada la única película de este tipo (remake americano) que logró superar a la original y su recaudación de cerca de 250 millones de dólares la avaló en taquilla.
Consolidación
Al ver éxito de “The Ring”, la búsqueda por parte de productoras hacía el cine de terror japonés (J-Horror) fue más que evidente y fue cuando se fijaron en el director Takashi Shimizu, quien triunfaba enormemente con la secuela de su película original, “Ju-on”.
A diferencia de la primera experiencia con el cine nipón, esta saga contaba con un terror mucho más fuerte, escenas más gore y una esencia oscura de principio a fin.
Sin embargo y aunque contaron con el director Shimizu, así como el suficiente éxito en taquilla para financiar una secuela (que estaba estipulada en el contrato), el remake “The Grudge” (aunque lo intentó) fue mucho más suave y no logró golpear con la fuerza que una producción original con más misticismo y libertades creativas logró.
Se conservó la trama principal del hilo argumental, además del tema principal sobre la maldición que inunda la casa, pero tanto las actuaciones como los efectos, no ayudaron mucho.
A pesar de esto y gracias a la popularidad que estos metrajes estaban obteniendo en el público, “La Maldición” (como se le conoce en México) logró consolidar las cintas japonesas en Hollywood, sin poder conseguir las ganancias de “The Ring”.
Otras cintas como “El Ojo”, “Dark Water” o “Pulse”, colocaron sus propias aportaciones y mantuvieron activo el género de horror japonés al otro lado del mundo.
Actualidad
Hoy en día, cuesta un poco de trabajo encontrar producciones realmente buenas en el género del horror, pues gracias a los efectos especiales y la temática por parte de los títulos que han ido saliendo, se busca más una trama burda llena de sustos baratos, pero eso no quiere decir que todas sean así.
Ejemplos hay varios, directores y guionistas que aún buscan cautivar y asustar a una generación que no se asusta fácilmente.
En cuanto las producciones niponas, pocas han logrado tener el impacto que “The Ring” y “The Grudge” tuvieron en su momento, incluso llegando a ser esta última considerada de culto y contando con una nueva serie en Netflix que ha revivido su nombre.
Como alguien aficionado a esta temática, espero cada nueva producción, porque el terror es un género que se renueva día con día, porque los miedos siempre nos acompañan y evolucionan.