Serafín Pacheco; un pugilista irapuatense con gran historia

Serafín “Seras” Pacheco ex boxeador profesional de Irapuato que hoy en día se dedica a entrenar y transmitir sus conocimientos boxísticos a los jóvenes, inculcándoles el amor por este deporte y manteniéndolos alejados de los vicios.

Serafín contó que desde niño siempre quiso ser boxeador, pero sus padres no lo dejaban boxear porque era muy pequeño y tenía que trabajar.

1. En entrevista para El Sol de Irapuato, Serafín contó que desde niño siempre quiso ser boxeador, pero sus padres no lo dejaban boxear porque era muy pequeño y tenía que trabajar. Recordó cómo los niños de las calles aledañas venían a pelear con él y siempre ganaba, incluso antes de convertirse en boxeador. Fue su habilidad en las peleas callejeras lo que lo llevó a practicar el boxeo.

Serafín comenzó su entrenamiento en un gimnasio sobre la calle Lerdo de Tejada en la zona centro, invitado por sus amigos Ramón González y Juan Martínez. Allí empezó a guantear con otros boxeadores y uno de los entrenadores, de apellido Cardoso, lo invitó a entrenar formalmente. Bajo la guía de Cardoso, Serafín ganó todas las peleas en las que participó.

Serafín comenzó su entrenamiento en un gimnasio sobre la calle Lerdo de Tejada en la zona centro, invitado por sus amigos Ramón González y Juan Martínez.

En otra anécdota, Serafín recordó cómo José Castillo le pidió que le ayudara a guantear, a pesar de que Serafín solo llevaba dos días entrenando. A pesar de la inexperiencia, logró tumbar y noquear a Castillo, lo que consolidó su confianza y determinación en el boxeo.

A lo largo de su carrera, Serafín ganó numerosas peleas en el estado de Guanajuato, obteniendo el título de Campeón del Estado en 1974. Posteriormente, entrenó con Isidro Quezada, quien lo llevó a pelear en ciudades como Tijuana, Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México, donde también obtuvo victorias. Su desempeño llamó la atención de varios promotores.

En una de sus anécdota, Serafín recordó cómo José Castillo le pidió que le ayudara a guantear, a pesar de que Serafín solo llevaba dos días entrenando y a pesar de la inexperiencia, logró tumbar y noquear a Castillo.

Una de sus experiencias más inolvidables fue pelear en la Arena Coliseo, donde comprobó que su talento era reconocido. Serafín acumuló más de 50 peleas oficiales, ganando la mayoría de ellas.

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Serafín se retiró del boxeo profesional a los 27 años, después de una experiencia en la Ciudad de México que lo desanimó. Al ver a antiguos campeones en situación de indigencia, decidió que no quería seguir el mismo destino y optó por retirarse.