Diversos aspectos se presentaron en la gran corrida de Toros de la Romería de la Raza, con un toro que se rompió un cuerno al salir al ruedo, por lo que fue regresado a los corrales, otro derribo a uno de los caballos de los picadores, al final, el triunfo fue para Diego San Román, quien cortó un par de orejas, mientras que el español se quedó con una y se fue en blanco el maestro Joselito Adame.
Las puertas del Coso Revolución se abrieron a temprana hora, para recibir a todos los aficionados que esperaban disfrutar de una gran demostración de los matadores, lidiando seis toros de la ganadería de San Fernando, iniciando a partir de las cinco de la tarde con el tradicional paseillo de los matadores.
Joselito Adame fue el primero en entrar el ruedo ante un toro de buena presencia como sesentón, astado que mostraba gran bravura hasta que a buscar a uno de los subalternos y tuvo un encontronazo con las tablas, provocando el daño en uno de sus cuernos.
Joselito trató de sacarle la mayor cantidad de pases que pudo con el apoyo de los aficionados, para su mala fortuna, a la hora de tirarse a matar no lo pudo hacer en su primer intento, siendo hasta el segundo cuando rindió el toro, por lo que no pudo llevarse presea, ocurriendo algo similar con su segundo de la tarde, Don Juanito, quien mostraba bravura, derribando al caballo de uno de los picadores, luego el maestro le hizo una buena faena, pero no pudo matar de forma correcta, perdiendo los trofeos.
Gines Marin entró en segundo lugar y fue Esclavo y Amo su primer enemigo, también buscó explotar al astado lo más que pudo, logró pegar buenos muletazos, pero a la hora de ir a matar la estocada no llegó al fondo, transcurriendo algunos minutos para que rindiera el toro, llevándose aplausos.
En el segundo le tocó medirse con Saleroso, siendo una faena similar a la que tuvo en primera instancia, mostrando gran valor a la hora de estar ante el enemigo, matando de buena forma y aunque de primera no hubo trofeo, ante el clamor de los aficionados, el juez otorgó una oreja.
Diego San Román fue el gran vencedor de la noche, con un detalle curioso, Sansón, su primer rival, salió con mucha brabura y en un contacto con las tablas, se descornó. Siendo cambiado por Copetón, toro con buena embestida al que le pudo sacar sus mejores pases el matador, recibiendo de rodillas con el capote, algo que repitió con la muleta, plantándose en la cara del animal con una actitud despliegues temerarios, logro meter el estoque al fondo, el toro rindió, se levantó, pasando algunos segundo para que volviera a sucumbir, recibiendo una oreja y, ante la petición de la afición, le dieron la segunda.
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En el cierre de la corrida, le tocó lidiar a Peregrino, ya para ese momento Diego sabía que era el triunfador, aunque buscaba cerrar con otro apéndice, no le fue otorgado a pesar de que mato en buena forma, sin que el juez accediera a la petición de dar otra oreja, a pesar de eso, Diego San Román se convirtió en el gran vencedor de la corrida de la Romería.