La tarde fue para Leo Valadez, el matador de Aguascalientes estuvo en plan grande y si con Paquito, su primer toro de la tarde, no tuvo suerte a la hora de matar perdiendo la posibilidad de quedarse con algún apéndice, en el segundo de nombre Centenario, fue otra historia, realizando una gran faena que culmino con una estocada letal, para llevarse dos orejas y salir en hombros al ser el gran triunfador de la corrida de la primavera, ya que Diego San Román y Miguel Aguilar se fueron en blanco a pesar de un buen desempeño.
La cita fue a partir de las 16:30 horas en el coso Revolución, un cartel que presento la empresa con las nuevas figuras del toreo, aunque no se tuvo una gran respuesta de los aficionados, aunque los que llegaron disfrutaron del arte del toreo.
Mención especial merece la ganadería de Rancho Seco, Paquito, Gache, Noé, Centenario y Tupinamba mostraron su bravura, mientras que el único que salió con la cabeza levantada y no embestía igual que los otros, fue el último de la tarde, Tercia de Ases.
Hay que destacar la actuación de Leo Valadez, fue el primero en entrar al ruedo, Paquito fue el primer astado en salir mostrando una gran bravura, aunque el de Aguascalientes fue sacando grandes pases, ganando aplausos desde la tribuna.
Luego de pegar banderillas siguió con una buena faena, daba la impresión de que las primeras orejas iban a caer pronto, pero falló con la espada, dejando escapar cuando menos un apéndice, aunque se llevó el reconocimiento de la gente.
Pero en su segundo, cuarto de la tarde, la historia fue diferente, lo recibió pegado a las tablas de faroles y le fue sacando varios capotazos, luego de pegar banderillas volvió a llevarse el reconocimiento del público con la muleta, coronando su actuación con la espada.
La gente de inmediato volteo al juez de plaza para pedir los trofeos para el matador, primero fue concedida una oreja y ante el clamor de los aficionados otorgo la segunda, dando la vuelta al ruedo leo Valadez mientras el público loa ovacionaba, además Centenario, un toro que embestía de largo y humillaba, recibió arrastre lento.
Diego San Román estuvo muy torero con los dos que le tocaron, en el primero se quedó muy cerca de los premios, pero solamente recibió la ovación del público, en el segundo no pudo matar en su primera oportunidad con la espada, por lo que se volvió a quedar con las ganas de llevarse orejas.
Te puede interesar: Lucirá la Revolución de Irapuato nueva generación de matadores
Lo mismo sucedió con un torero muy joven que demostró que puede llegar muy lejos, Miguel Aguilar, fue el primero en recibir a faroles pegado a las tablas, para luego hacer una faena digna de orejas, mismas que se escaparon al fallar con la espada.
El segundo toro le costó más trabajo, pero de igual forma hizo todo lo posible por sacar los mejores pases y lances, para al final lanzarse a matar sin fortuna, finalizando su actuación con el aplauso de los asistentes, reconociendo el esfuerzo del matador.