Guanajuato , Gto.- Un total de 81 obras de pintura, gráfica y dibujo, cuyo arco temporal abarca desde finales de la década de los cuarenta hasta el último año de vida del autor Antonio Trejo Osorio, forma parte de la exhibición "Una vida para el arte (1922-1986)", que se expone en el Museo Palacio de los Poderes.
Al respecto, Adriana Camarena de Obeso, directora general del Instituto Estatal de la Cultura dijo que para la institución es un gusto recibir la obra de un creador reconocido por su postura vital frente al ejercicio artístico.
“Algo sumamente característico del maestro Trejo es que se mantuvo alejado del mercado del arte, muchas de sus obras incluso no tienen firma, un gesto de que tenía mucha de actitud ante la vida. Por ello, es un privilegio poder concretar esta exposición con más de 80 obras”, destacó.
En su mensaje, Dení Trejo Barajas hijo y custodio de la obra del maestro Trejo agradeció a todas las personas involucradas para la realización de la exposición, antes de compartir la biografía de su padre. “Su producción pictórica y gráfica la podemos ubicar entre los años cincuenta y ochenta del siglo XX. Antonio Trejo vivió en un momento de declinación del nacionalismo en el arte mexicano, aunque el fue formado por maestros de ese movimiento como José Chávez Morado”.
Las obras expuestas oscilan entre la realidad y el mundo onírico del artista, quien vivió en una constante búsqueda de formas de expresión formales y de lo que le interesaba representar, tanto en entornos rurales como urbanos, reflejando una poética visual en la que los tonos ocres a rojos dialogan con los azules intensos.
Las obras reflejan la formación del artista, influida por la Escuela Mexicana de Pintura y su vida en el Valle del Mezquital, en Hidalgo, su tierra natal, reflejando escenas de migración, contaminación ambiental, hitos de violencia, juegos de otras épocas y marginación a través de sus creencias y símbolos personales.
Antonio Trejo estudió con maestros como el grabador Alvarado Lang, y pintores como José Chávez Morado y Alfredo Zalce, después, él mismo fue un maestro que participó en la formación de muchos artistas en instituciones como la Escuela Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana, hasta llegar a la dirección de la Escuela Nacional de Artes Plásticas.