El “Hecatombe”, recital poético y musical de Patti Smith se convirtió en una celebración a la vida, la música, las letras, pero también en una invitación a la reflexión, la paz y la revolución.
Artista desde lo poético, musical hasta llegar a lo visual, Patti Smith fue una de las invitadas más esperadas del Hay Festival 2018 con el que por primera vez llegó a Querétaro.
Miles de admiradores se dieron cita en el Jardín Guerrero para este concierto; la lluvia parecía ser un impedimento para que este sucediera; sin embargo el clima cedió y de poco en poco los seguidores se comenzaron a congregar en el lugar.
Pese a que a través de sus redes sociales se había avisado del retraso del concierto a consecuencia de la tormenta, el montaje tomó más de lo esperado y empezó pasada una hora de lo anunciado.
Junto a su guitarrista, Lanny Kaye por fin tomaron el Jardín Guerrero con “Wing”, la lectura del poema “Red Song” y la interpretación de “Ghost Dance” como parte inicial de la bohemia.
“La palabra hecatombe viene del griego, se refiere al ritual de sacrificar a 100 bueyes. En nuestros tiempos se refiere también a una masacre (...) el poema de Patti Smith está inserto en una tradición y en él se hacen repetidas referencias al ritual del sacrificio, la muerte y el descuartizamiento animal (…) se hacen también múltiples referencias a Apolo y las musas y por extensión al arte y la poesía”, refirió en su intervención la periodista Alma Guillermoprieto, previo a recitar el poema “Hecatombe”, con el que Smith homenajea al escritor chileno Roberto Bolaño, después de leer el libro “2066” en el que se narran “las atrocidades cometidas contra tantas mujeres en Ciudad Juárez”, refirió la ganadora del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018.
La lectura de una serie de poemas, la interpretación de “Gloria”, “Because the night”, así como el cover de canciones como “Imagine”, entre otras, formaron parte del júbilo que propició el recital.