/ viernes 14 de junio de 2024

Luis Humberto Crosthwaite explora la rebelión de los personajes en El último show del Elegante Joan

Luis Humberto Crosthwaite publica “El último show del Elegante Joan”, con 11 narraciones en las que los protagonistas no siempre siguen al autor

Este libro es la muestra de que la escritura se completa cuando existe un lector. Tras 14 años retirado de la literatura como autor, para dedicarse a formar de futuros escritores, el tijuanense Luis Humberto Crosthwaite publica “El último show del Elegante Joan”, una colección de 11 cuentos que inicia con una Carta abierta de sus personajes, manifestando su descontento por el trato que Crosthwaite les ha dado.

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La complicidad que el autor crea con quien lee estas narraciones es única. En ellas ocurre un milagro poético, el cantante del cuento que da título al libro, cada noche actúa ante multitudes y alivia el corazón de una mujer; también, en el retiro, trabajando como empacador de súper, Luis Humberto Crosthwaite es descubierto por un par de fans y en otro texto, los personajes de una novela son reclutados mediante un casting, entre ellos, un ex profesor de literatura caído en desgracia.

“Para mí lo primordial es ser leído”, cuenta quien tras agotarse sus publicaciones en librerías, decidió compartirlas en Facebook en 2020. Su obra completa estaba publicada en otro sello y se relanzará en Penguin Random House a partir de la aparición de este libro.

Hace 30 años, con la aparición de “El gran pretender”, fue reconocido como precursor de la literatura del norte, que, aclara, es una clasificación de los estudiosos, pero no un movimiento literario real. “En los 90 yo abrí una editorial y lancé una convocatoria a todos los estados del norte, porque quería ver si había un vínculo entre nosotros, en la manera en que vemos lo froterizo; y después de publicar 14 libros, me di cuenta que no, cada quien estaba en lo suyo y la frontera les parecía interesante, pero no escribían sobre ella.

“La violencia, el narcotráfico se volvieron una moda, pero que se escriba sobre la frontera en sí, que es la amalgama de muchos temas, no lo he visto afrontado como lo hice en mi libro ‘Instrucciones para cruzar la frontera’”, dice de su libro publicado en 2002.

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En esta nueva colección de cuentos, no es un espacio geográfico lo que le ocupa, sino algo más íntimo. “Yo veo estas historias como relatos que me abordan a mí mismo, es como mi mirada interior. A mi edad, llegué al punto en el que ya no estoy viendo hacia el exterior, todo lo que yo pongo en las historias y en los personajes, son distintas interpretaciones de mí, hay un Luis Humberto que tiene una escuela de poesía, o que canta canciones de Joan Sebastian, son distintas facetas mías”.

El autor, que publicó su primer libro en 1988 (“Marcela y el rey al fin juntos”), mantiene desde entonces en su narrativa el humor y las referencias a la cultura popular, además de poner a sus personajes al límite, en una realidad que no les satisface, por lo que echan mano de la fantasía para sobrevivir. Él mismo se creó como escritor y docente un mundo a modo: "En mi familia hay vaqueros y mecánicos, yo soy ‘el rarito’ de Crosthwaite”.

Este libro es la muestra de que la escritura se completa cuando existe un lector. Tras 14 años retirado de la literatura como autor, para dedicarse a formar de futuros escritores, el tijuanense Luis Humberto Crosthwaite publica “El último show del Elegante Joan”, una colección de 11 cuentos que inicia con una Carta abierta de sus personajes, manifestando su descontento por el trato que Crosthwaite les ha dado.

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La complicidad que el autor crea con quien lee estas narraciones es única. En ellas ocurre un milagro poético, el cantante del cuento que da título al libro, cada noche actúa ante multitudes y alivia el corazón de una mujer; también, en el retiro, trabajando como empacador de súper, Luis Humberto Crosthwaite es descubierto por un par de fans y en otro texto, los personajes de una novela son reclutados mediante un casting, entre ellos, un ex profesor de literatura caído en desgracia.

“Para mí lo primordial es ser leído”, cuenta quien tras agotarse sus publicaciones en librerías, decidió compartirlas en Facebook en 2020. Su obra completa estaba publicada en otro sello y se relanzará en Penguin Random House a partir de la aparición de este libro.

Hace 30 años, con la aparición de “El gran pretender”, fue reconocido como precursor de la literatura del norte, que, aclara, es una clasificación de los estudiosos, pero no un movimiento literario real. “En los 90 yo abrí una editorial y lancé una convocatoria a todos los estados del norte, porque quería ver si había un vínculo entre nosotros, en la manera en que vemos lo froterizo; y después de publicar 14 libros, me di cuenta que no, cada quien estaba en lo suyo y la frontera les parecía interesante, pero no escribían sobre ella.

“La violencia, el narcotráfico se volvieron una moda, pero que se escriba sobre la frontera en sí, que es la amalgama de muchos temas, no lo he visto afrontado como lo hice en mi libro ‘Instrucciones para cruzar la frontera’”, dice de su libro publicado en 2002.

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En esta nueva colección de cuentos, no es un espacio geográfico lo que le ocupa, sino algo más íntimo. “Yo veo estas historias como relatos que me abordan a mí mismo, es como mi mirada interior. A mi edad, llegué al punto en el que ya no estoy viendo hacia el exterior, todo lo que yo pongo en las historias y en los personajes, son distintas interpretaciones de mí, hay un Luis Humberto que tiene una escuela de poesía, o que canta canciones de Joan Sebastian, son distintas facetas mías”.

El autor, que publicó su primer libro en 1988 (“Marcela y el rey al fin juntos”), mantiene desde entonces en su narrativa el humor y las referencias a la cultura popular, además de poner a sus personajes al límite, en una realidad que no les satisface, por lo que echan mano de la fantasía para sobrevivir. Él mismo se creó como escritor y docente un mundo a modo: "En mi familia hay vaqueros y mecánicos, yo soy ‘el rarito’ de Crosthwaite”.

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