/ viernes 16 de diciembre de 2022

León Benavente dicen no a la nostalgia

La banda española tuvo un gran 2022, en el que lanzaron su cuarto disco Era, del cual habla su guitarrista con El Sol de México


Cuando un aficionado tiene la posibilidad de conocer a un artista desde sus inicios, tiene también la ventaja de poder atestiguar cada paso de su carrera, así como su evolución a lo largo de los años.

En el caso de Abraham Boba, el líder y fundador de la banda León Benavente, es cada vez más lejano el recuerdo de aquel cantautor, aparentemente taciturno y solitario, quien un día, junto a Eduardo Baos, César Verdú y Luis Rodríguez se unió a la banda de apoyo del cantautor Nacho Vegas.

Tiempo después -diez años ya, para ser exactos- aquel cuarteto rompió el caparazón y decidió trazar su propio camino, ya con el nombre de León Benavente, enterrando de una vez por todas el recuerdo de aquel hombre solitario, para dar paso a una banda que (ahora lo sabemos) estaba destinada a ganarse un lugar en el ámbito del rock en español.

Así que una década -y cuatro discos después, incluido el más reciente, titulado Era (2022)- León Benavente sigue recogiendo buenas críticas y llevando su música a cada vez más oídos, mientras se afianzan como un conjunto inquieto, sensible a su entorno y reacio a dejarse llevar por la nostalgia.

Es por ello que no desaprovechamos la última visita de la banda a México, donde realizaron una pequeña gira por tres ciudades, para platicar con el propio Luis Rodríguez sobre este disco que lo tiene todo para ser un parteaguas en su historia.


¿Cómo se sienten de vuelta en México? Seguramente han venido tantas veces que ya perdieron la cuenta.

Muy bien, bueno creo que hemos hecho como 10 u once visitas en los 10 años que llevamos como banda, aunque ya habíamos venido antes, precisamente con Nacho Vegas, que fue la primera vez que tuvimos la oportunidad de conocer un vino país así, tan flipante como el que tenéis.


Sobre sus diez años como banda, a veces me parece que fueran más. No porque se haya hecho pesado, sino porque siento que han logrado muchas cosas en este tiempo.

Pues yo quizá tengo la sensación contraria, no siento que hayan pasado ya 10 años, tal vez sea porque al estar implicado en todo lo que está pasando, pues no tengo esa sensación de que hayan pasado tantos años, lo cual creo que es buen síntoma. Esperemos que pasen otros 10 y que me sigan pareciendo como cinco.


¿Cómo fueron los conciertos de presentación de Era, ahora que ya lo pudieron presentar en varios escenarios de su país y fuera de él?

Pues la verdad que tras bastante esfuerzo por parte de todo el equipo logramos incluir una escenografía que creo que estaba a la altura de lo que veníamos haciendo,así que todo funcionó muy bien, sólo tuvimos que ir ajustando a medida que íbamos haciendo los conciertos, pero las canciones funcionaron muy bien en el escenario y sobre todo creo que casaron muy bien con los temas de otros discos, ya que a veces puede ser un poco difícil armar un set list, pero estamos muy contentos con la respuesta del público, que fue bastante bastante guay.


¿Y trajeron el mismo montaje para los conciertos en México?

Bueno, no fue el mismo porque hubiéramos necesitado cargar un avión gigante para poder traer todo, así que en ese sentido fue un poco limitado, por las limitaciones de volar desde Europa, aunque el set list sí fue muy parecido y con todo el show siguió siendo un muy buen show.

Cuando publicaron Era, a principios de 2022, recuerdo que mencionaban que es un disco que habla de los finales y de los nuevos comienzos. ¿Creen que este disco es un parteaguas en su carrera?

Bueno, yo creo que de alguna manera todos los discos son como un antes y un después, siempre el disco nuevo es el que tiene ese aire de esperanza con el que vas a ver qué cosas pasan. Pero bueno, fue un disco que desde el propio nombre ya puede ser entendido de varias formas, porque puede ser entendido como un sustantivo de un periodo importante y también tiene una acepción más desde el punto de vista del verbo, de lo que fue y ya no es… Yo creo que es una característica del grupo esa cosa de avanzar y de no mirar demasiado hacia atrás para seguir intentando encontrar caminos que nos emocionen y que nos diviertan, sobre todo.


Algo relevante de este disco es que ya están más volcados hacia los sintetizadores y los sonidos electrónicos que antes.

Sí, fue una de las cosas que no habíamos hecho, aunque ya habíamos jugueteando un poco con eso en discos anteriores, creo que hasta este disco la electrónica ya tiene un peso importante, sin llegar a ser un grupo de electrónica, pero sí con un pie ahí dentro, porque la otra parte sigue siendo bastante orgánica, con baterías y bajos, o sea que hay un poco de juego… Fue algo emocionante y un reto tratar de integrar eso en lo que somos: Un grupo de gente tocando rock. Y estamos muy contentos con el resultado.


En lo que se refiere a las letras de las canciones, sigue presente ese sentido de urgencia que siempre ha acompañado a muchas de las canciones que escribe Abraham Boba, ¿no crees?

Bueno sobre la lírica y la forma de escribir de Abraham habría que hablar con él, pero sí que las canciones tienen esa cosa de velocidad o de algo vertiginoso en ocasiones, y yo creo que va muy bien con nosotros, además de que creo que la forma que tiene de cantar él también nos lleva a nosotros a entrar en ese sintonía que, efectivamente, tiene algo de urgente.


¿Cuál fue tu canción favorita del disco y por qué?

Oh, eso es muy cruel, ¡es como preguntarle a un padre a qué hijo quiere más… No sé, supongo que es algo que va variando, aunque todas me gustan mucho. Tal vez elegiría “Te comes mi corazón” aunque luego hay días en que pienso que pueden ser “Canciones para no dormir”, “Persona” y “Mítico”. La verdad es que estamos disfrutando mucho tocarlas casi todas… No sé, es un poco cruel elegir una, no sabría decir.


También hay canciones como “Viejos rockeros viejos” y “La cámara de ecos” en las que hablan del rock, en lo que parecer ser una especie de meta-rock, por así decirlo.

Bueno, creo que es más que nada ironía, y ojo: No queremos que nadie se sienta ofendido, porque sólo es como un recordatorio, son como palabras de Abraham que funcionan como recordatorio de dónde no queremos estar en el futuro, de que no queremos ser como esos viejos rockeros que pierde un poco la ilusión, ya sabes, ese cliché, pero es una opinión personal, yo así lo veo… Creo que sólo se trata de la pérdida de ilusión por seguir haciendo música, por investigar y por disfrutar, que creo que es algo que le llega a pasar a mucha gente.

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Cuando un aficionado tiene la posibilidad de conocer a un artista desde sus inicios, tiene también la ventaja de poder atestiguar cada paso de su carrera, así como su evolución a lo largo de los años.

En el caso de Abraham Boba, el líder y fundador de la banda León Benavente, es cada vez más lejano el recuerdo de aquel cantautor, aparentemente taciturno y solitario, quien un día, junto a Eduardo Baos, César Verdú y Luis Rodríguez se unió a la banda de apoyo del cantautor Nacho Vegas.

Tiempo después -diez años ya, para ser exactos- aquel cuarteto rompió el caparazón y decidió trazar su propio camino, ya con el nombre de León Benavente, enterrando de una vez por todas el recuerdo de aquel hombre solitario, para dar paso a una banda que (ahora lo sabemos) estaba destinada a ganarse un lugar en el ámbito del rock en español.

Así que una década -y cuatro discos después, incluido el más reciente, titulado Era (2022)- León Benavente sigue recogiendo buenas críticas y llevando su música a cada vez más oídos, mientras se afianzan como un conjunto inquieto, sensible a su entorno y reacio a dejarse llevar por la nostalgia.

Es por ello que no desaprovechamos la última visita de la banda a México, donde realizaron una pequeña gira por tres ciudades, para platicar con el propio Luis Rodríguez sobre este disco que lo tiene todo para ser un parteaguas en su historia.


¿Cómo se sienten de vuelta en México? Seguramente han venido tantas veces que ya perdieron la cuenta.

Muy bien, bueno creo que hemos hecho como 10 u once visitas en los 10 años que llevamos como banda, aunque ya habíamos venido antes, precisamente con Nacho Vegas, que fue la primera vez que tuvimos la oportunidad de conocer un vino país así, tan flipante como el que tenéis.


Sobre sus diez años como banda, a veces me parece que fueran más. No porque se haya hecho pesado, sino porque siento que han logrado muchas cosas en este tiempo.

Pues yo quizá tengo la sensación contraria, no siento que hayan pasado ya 10 años, tal vez sea porque al estar implicado en todo lo que está pasando, pues no tengo esa sensación de que hayan pasado tantos años, lo cual creo que es buen síntoma. Esperemos que pasen otros 10 y que me sigan pareciendo como cinco.


¿Cómo fueron los conciertos de presentación de Era, ahora que ya lo pudieron presentar en varios escenarios de su país y fuera de él?

Pues la verdad que tras bastante esfuerzo por parte de todo el equipo logramos incluir una escenografía que creo que estaba a la altura de lo que veníamos haciendo,así que todo funcionó muy bien, sólo tuvimos que ir ajustando a medida que íbamos haciendo los conciertos, pero las canciones funcionaron muy bien en el escenario y sobre todo creo que casaron muy bien con los temas de otros discos, ya que a veces puede ser un poco difícil armar un set list, pero estamos muy contentos con la respuesta del público, que fue bastante bastante guay.


¿Y trajeron el mismo montaje para los conciertos en México?

Bueno, no fue el mismo porque hubiéramos necesitado cargar un avión gigante para poder traer todo, así que en ese sentido fue un poco limitado, por las limitaciones de volar desde Europa, aunque el set list sí fue muy parecido y con todo el show siguió siendo un muy buen show.

Cuando publicaron Era, a principios de 2022, recuerdo que mencionaban que es un disco que habla de los finales y de los nuevos comienzos. ¿Creen que este disco es un parteaguas en su carrera?

Bueno, yo creo que de alguna manera todos los discos son como un antes y un después, siempre el disco nuevo es el que tiene ese aire de esperanza con el que vas a ver qué cosas pasan. Pero bueno, fue un disco que desde el propio nombre ya puede ser entendido de varias formas, porque puede ser entendido como un sustantivo de un periodo importante y también tiene una acepción más desde el punto de vista del verbo, de lo que fue y ya no es… Yo creo que es una característica del grupo esa cosa de avanzar y de no mirar demasiado hacia atrás para seguir intentando encontrar caminos que nos emocionen y que nos diviertan, sobre todo.


Algo relevante de este disco es que ya están más volcados hacia los sintetizadores y los sonidos electrónicos que antes.

Sí, fue una de las cosas que no habíamos hecho, aunque ya habíamos jugueteando un poco con eso en discos anteriores, creo que hasta este disco la electrónica ya tiene un peso importante, sin llegar a ser un grupo de electrónica, pero sí con un pie ahí dentro, porque la otra parte sigue siendo bastante orgánica, con baterías y bajos, o sea que hay un poco de juego… Fue algo emocionante y un reto tratar de integrar eso en lo que somos: Un grupo de gente tocando rock. Y estamos muy contentos con el resultado.


En lo que se refiere a las letras de las canciones, sigue presente ese sentido de urgencia que siempre ha acompañado a muchas de las canciones que escribe Abraham Boba, ¿no crees?

Bueno sobre la lírica y la forma de escribir de Abraham habría que hablar con él, pero sí que las canciones tienen esa cosa de velocidad o de algo vertiginoso en ocasiones, y yo creo que va muy bien con nosotros, además de que creo que la forma que tiene de cantar él también nos lleva a nosotros a entrar en ese sintonía que, efectivamente, tiene algo de urgente.


¿Cuál fue tu canción favorita del disco y por qué?

Oh, eso es muy cruel, ¡es como preguntarle a un padre a qué hijo quiere más… No sé, supongo que es algo que va variando, aunque todas me gustan mucho. Tal vez elegiría “Te comes mi corazón” aunque luego hay días en que pienso que pueden ser “Canciones para no dormir”, “Persona” y “Mítico”. La verdad es que estamos disfrutando mucho tocarlas casi todas… No sé, es un poco cruel elegir una, no sabría decir.


También hay canciones como “Viejos rockeros viejos” y “La cámara de ecos” en las que hablan del rock, en lo que parecer ser una especie de meta-rock, por así decirlo.

Bueno, creo que es más que nada ironía, y ojo: No queremos que nadie se sienta ofendido, porque sólo es como un recordatorio, son como palabras de Abraham que funcionan como recordatorio de dónde no queremos estar en el futuro, de que no queremos ser como esos viejos rockeros que pierde un poco la ilusión, ya sabes, ese cliché, pero es una opinión personal, yo así lo veo… Creo que sólo se trata de la pérdida de ilusión por seguir haciendo música, por investigar y por disfrutar, que creo que es algo que le llega a pasar a mucha gente.

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