El profesor Fidel León Medina, de origen salmantino, gracias a su gran talento, creatividad y amor por el arte se ha dedicado a pintar, por más de tres décadas, obras a las que denomina “Fidelazos”.
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En entrevista con El Sol de Irapuato, dijo que es físicoquímico de profesión y que su carrera docente la desempeñó por más de 40 años, dio clases 38 años en el Colegio Pedro Martínez Vázquez y 31 en la Secundaria Técnica 5, donde impartió física, química y biología.
El artista plástico, a lo largo de más de 30 años que tiene pintando, ha elaborado un aproximado de trescientos cuadros, a la fecha no ha expuesto en ninguna galería, pero su deseo es exponer en Salamanca, su tierra natal, “porque uno ama la tierra donde nace”.
Otro de sus planes es exponer sus cuadros en la Capital Mundial de las Fresas, a la que le guarda un gran cariño, ya que tiene 40 años viviendo aquí, por lo que ya se considera hijo adoptivo de esta ciudad.
A la fecha no ha vendido uno solo de sus cuadros, pero ha regalado entre familiares y amigos unas setenta obras. “No me interesa la parte económica, ni lucrar, porque no sé qué tanta validez tenga como artista, pero a la gente que me visita y conoce mis cuadros les gustan”.
Sobre cómo inició su amor por el arte, dijo que desde niño le gustaba competir y que le tenía envidia a los demás. “Yo me fui a Querétaro, surgido de una escuela del gobierno, y conocí a un compañero, hijo del músico irapuatense Pablo Linares, al chico lo ponían estudiar piano y pensé yo quiero ser como Pablito, y aprendí música, toco un poco la guitarra y el órgano”.
Continuó: “Con la pintura fue algo similar aquí, en Irapuato, el hijo de un pintor famoso me invitó a su cuarto y le vi cajas de zapatos con obras de arte, eran picasos en garabatos, le pedí que me regalara uno y me dijo: 'esos no sirven; mejor te voy a regalar uno que hizo mi papá', y me lo regaló, de ahí surgió mi gusto y amor por la pintura”.
De los personajes que admira, comentó que al naturalista y científico inglés Carlos Darwin, porque coleccionaba la naturaleza y su amor por la naturaleza se la dio Darwin, así como al astrónomo, ingeniero y físico italiano, Galileo Galilei, porque él decía que “hay cosas que no vemos, pero existen, que el sol es el centro del universo y no la tierra... lo admiro por decir la verdad”.
Recordó que tuvo excelentes maestros e investigó sobre minerales, para que un día que sus alumnos le preguntarán al respecto, él saber que contestarles.
El también escultor aseguró que le disguta el palabrerío, ya que en las juntas de sindicato mejor se ponía hacer garabatos en hojas e incluso tiene un cuaderno. “La mayoría de mis cuadros son abstractos, son una proyección de lo que soy, de lo que he visto y de mi envidia de imitar a la gente que sabe. Me agradan las obras de arte y he visitado muchos lugares de arte, lo primero que hago cuando salgo a pasear es buscar museos. He tenido el privilegio de visitar los museos más bonitos del mundo”.
“Me deslumbran las obras y quiero ser como ellos e imitarlos, tengo un cuadro que titulé 'el camino de la súper carretera al cielo' e imité un poquito de la Capilla Sixtina al papá Dios que está creando al hombre”.
El último cuadro que pintó fue la Capilla Sixtina, pero en vez de llamarle Capilla Sixtina, le puso Capilla Sixtina Prehispánica. En la parte superior imitó a un artista mexicano, a la derecha a los prehispánicos, a la izquierda a los españoles y en la parte inferior a los dioses prehispánicos.
Su primer hobbie fue coleccionar minerales, pero respaldando su carrera magisterial, el material que almacena es didáctico. “Yo traté de formar alumnos prácticos y que ellos se emocionaran observando cosas reales, porque todo el material que llevaba era en vivo, ya había investigado en esos lugares, en mi caminar por la búsqueda de minerales, que es la máxima colección que tengo”.
La gente le regalaba muchas cosas que había en su entorno, amistades le decían maestro aquí hay tepalcates y cosas de mar, también tiene biodiversidad marina como material didáctico.
Acerca de sus colecciones, aseguró: “Soy feliz coleccionando, porque yo colecciono, colecciones, lo tengo de genes de mis padres, tengo colección de minerales, de fósiles, llaveros, monedas antiguas, pedazos de cerámica y puntas de todo tipo de material”.
Hace poco fue a Veracruz y visitó Xico, caminando encontró cosas maravillosas “Yo voy a seguir buscando cosas yo no las busco, creo que ellas me encuentran”.
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En Coahuila, se bajó a regar una planta, vio algo raro lo observó y lo recogió. “Era una ostra que tiene millones de años, la limpié y me la trajé hay muchas armas que son líticas, la gente no las conoce, entonces yo las veo y digo esta es una arma lítica prehispánica antigua, que utilizaban para cortar, machacar, pulir, etc., me encuentro cosas que me llenan de orgullo y es el gusto que me da ahorita vivir de esa manera”, concluyó.