/ domingo 4 de septiembre de 2022

Castillo Jaral de Berrios podría convertirse en un punto turístico para los adeptos a los destilados

La Hacienda de Jaral de Berrio fue la primera casa de la Nueva España que recibió la Cédula Real

San Felipe, el municipio con más territorio en el Estado de Guanajuato, regresará a sus raíces uno de los mezcales más antiguos de México. La remodelación del misterioso castillo de la comunidad de Jaral de Berrios está por convertirse en un punto turístico para los adeptos a los destilados.

En medio de la plaza principal de Jaral de Berrios tres grandes silos y una construcción abovedada con huellas del ajetreo del tiempo hablan de lo majestuoso que fue el lugar. La fachada de lo que parece un viejo castillo enmarca el cuadrante: es la Hacienda del Marqués Miguel de Berrio y Zaldívar, hijo de Andrés de Berrios, el terrateniente más rico de la corona española.

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La Hacienda de Jaral de Berrio fue la primera casa de la Nueva España que recibió la Cédula Real, que permitió la producción del “vino mezcal” en el año de 1764. Después de cien años de apagados los hornos de la mezcalera de la Hacienda del Marqués Miguel de Berrio y Zaldívar, la vida y el olor a destilería se avecinan. El reto es grande.

Hasta el 2018 el recorrido al interior solo era por la casa principal

Han pasado tres años de acciones de limpieza en el lugar, así pudieron despejar el inmueble compuesto de tres casas, una mezcalera y una amplía caballeriza. De la casa para la servidumbre, sólo se encontraron los cimientos. Hasta el 2018 el recorrido al interior solo era por la casa principal, el resto estaba bajo escombros, basura y vegetación salvaje.

El paso del tiempo, el abandono, los intentos de apropiarse con extraños proyectos de reactivación y el mal trato durante los filmes internacionales del que fue escenario, dejaron muchos detalles que se necesitan restaurar para hacer de la hacienda un lugar seguro. Por lo que el sueño de los propietarios de convertirlo en hotel, restaurante y mezcalería aún no tiene fecha de reactivación. Por el momento, uno puede recorrer la vieja estructura guiado por quienes trabajan en la rehabilitación del lugar.


Han pasado tres años de acciones de limpieza en el Castillo Jaral de Berrios. Foto: Scarleth Pérez | El Sol de León


Si bien no todo se conserva como en sus inicios, algunos tapices, cubiertas pintadas a mano de los techos abovedados, murales y cenefas originales aún sobreviven a la humedad que los descarapela y al saqueo. En Jaral de Berrios saben que los textiles y tapices de la hacienda fueron importados de Europa, algunos de la India, como el que aún se encuentra en el salón principal.

Los vecinos que tienen al menos cincuenta años de edad, recuerdan su niñez al interior del castillo, “todavía estaba todo amueblado, a mí me tocó verlo todo muy bonito, con todas sus cosas, después se fueron robando todo”, platicó un habitante que optó por el anonimato.

Castillo Jaral de Berrio retoma su forma

Poco a poco el lugar retoma su forma, y aunque ya nada será como antes no todo necesita atención urgente, como la tercera casa que fue intervenida para intentar convertirse en un casino según la idea de un expresidente de México. El proyecto nunca avanzó y el inmueble fue bruscamente modificado y saqueado en el intento.

Mientras la actual remodelación se lleva a puerta cerrada, los sanfelipenses dedicados al turismo hacen notar su desacuerdo por el “despojo” del castillo con el que lucraron hasta antes del 2018. Ahora la administración del lugar está bajo poder de los descendientes de Rutilo, el último propietario antes de ser despojado por el Ejido. Los recorridos y las sesiones fotográficas ya son permitidas, solo hay que pagar la cuota del acceso y agendar la visita.

Los Rojas -así conocen en la comunidad a los nuevos propietarios-, son nietos de Rutilo Rojas Rodríguez, quien por un millón de pesos le compró el inmueble a Margarita Raigosa de Robles, última descendiente del Marqués de Jaral de Berrio.

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El sueño de los propietarios de convertirlo en hotel, restaurante y mezcalería aún no tiene fecha de reactivación.

El inmueble está compuesto de tres casas, una mezcalera y una amplía caballeriza, de la casa para la servidumbre, sólo se encontraron los cimientos.

San Felipe, el municipio con más territorio en el Estado de Guanajuato, regresará a sus raíces uno de los mezcales más antiguos de México. La remodelación del misterioso castillo de la comunidad de Jaral de Berrios está por convertirse en un punto turístico para los adeptos a los destilados.

En medio de la plaza principal de Jaral de Berrios tres grandes silos y una construcción abovedada con huellas del ajetreo del tiempo hablan de lo majestuoso que fue el lugar. La fachada de lo que parece un viejo castillo enmarca el cuadrante: es la Hacienda del Marqués Miguel de Berrio y Zaldívar, hijo de Andrés de Berrios, el terrateniente más rico de la corona española.

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La Hacienda de Jaral de Berrio fue la primera casa de la Nueva España que recibió la Cédula Real, que permitió la producción del “vino mezcal” en el año de 1764. Después de cien años de apagados los hornos de la mezcalera de la Hacienda del Marqués Miguel de Berrio y Zaldívar, la vida y el olor a destilería se avecinan. El reto es grande.

Hasta el 2018 el recorrido al interior solo era por la casa principal

Han pasado tres años de acciones de limpieza en el lugar, así pudieron despejar el inmueble compuesto de tres casas, una mezcalera y una amplía caballeriza. De la casa para la servidumbre, sólo se encontraron los cimientos. Hasta el 2018 el recorrido al interior solo era por la casa principal, el resto estaba bajo escombros, basura y vegetación salvaje.

El paso del tiempo, el abandono, los intentos de apropiarse con extraños proyectos de reactivación y el mal trato durante los filmes internacionales del que fue escenario, dejaron muchos detalles que se necesitan restaurar para hacer de la hacienda un lugar seguro. Por lo que el sueño de los propietarios de convertirlo en hotel, restaurante y mezcalería aún no tiene fecha de reactivación. Por el momento, uno puede recorrer la vieja estructura guiado por quienes trabajan en la rehabilitación del lugar.


Han pasado tres años de acciones de limpieza en el Castillo Jaral de Berrios. Foto: Scarleth Pérez | El Sol de León


Si bien no todo se conserva como en sus inicios, algunos tapices, cubiertas pintadas a mano de los techos abovedados, murales y cenefas originales aún sobreviven a la humedad que los descarapela y al saqueo. En Jaral de Berrios saben que los textiles y tapices de la hacienda fueron importados de Europa, algunos de la India, como el que aún se encuentra en el salón principal.

Los vecinos que tienen al menos cincuenta años de edad, recuerdan su niñez al interior del castillo, “todavía estaba todo amueblado, a mí me tocó verlo todo muy bonito, con todas sus cosas, después se fueron robando todo”, platicó un habitante que optó por el anonimato.

Castillo Jaral de Berrio retoma su forma

Poco a poco el lugar retoma su forma, y aunque ya nada será como antes no todo necesita atención urgente, como la tercera casa que fue intervenida para intentar convertirse en un casino según la idea de un expresidente de México. El proyecto nunca avanzó y el inmueble fue bruscamente modificado y saqueado en el intento.

Mientras la actual remodelación se lleva a puerta cerrada, los sanfelipenses dedicados al turismo hacen notar su desacuerdo por el “despojo” del castillo con el que lucraron hasta antes del 2018. Ahora la administración del lugar está bajo poder de los descendientes de Rutilo, el último propietario antes de ser despojado por el Ejido. Los recorridos y las sesiones fotográficas ya son permitidas, solo hay que pagar la cuota del acceso y agendar la visita.

Los Rojas -así conocen en la comunidad a los nuevos propietarios-, son nietos de Rutilo Rojas Rodríguez, quien por un millón de pesos le compró el inmueble a Margarita Raigosa de Robles, última descendiente del Marqués de Jaral de Berrio.

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El sueño de los propietarios de convertirlo en hotel, restaurante y mezcalería aún no tiene fecha de reactivación.

El inmueble está compuesto de tres casas, una mezcalera y una amplía caballeriza, de la casa para la servidumbre, sólo se encontraron los cimientos.

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