Ahora más que nunca precisa estar unidos como hermanos y atentos a lo que nos dice el Señor en Su palabra, porque es precisamente ese Señor quién obrando por amor un buen día, bajó del cielo para salvar al mundo que se encontraba en un abismo de perdición.
Más aún, la devoción popular al Sagrado Corazón de Jesús que se acentuara con Sta. Margarita María Alacoque hace poco más de tres siglos es un eficaz auxiliar o gracia divina para ayudar al hombre a conseguir su salvación eterna. Recordemos lo que nuestro Señor Jesús dijera a la Santa en una de sus visiones:
He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y sin embargo no recibe de ellos sino ingratitudes, irreverencia y desprecio. Al menos tú ámame por los que no me aman
Amor y reparación es lo que pide Nuestro Señor Jesús en la devoción a Su Sacratísimo Corazón. Por tanto estamos llamados a desagraviar a la Divina Persona de Jesucristo por los muchos pecados cometidos por nosotros los hombres y que le han herido cuál figurada corona de espinas se hubiere clavado en Su sacratísimo Corazón, símbolo de su amor.
En palabras de San Buenaventura: “Vulneratum est Cor Christi ut per vulnus visible, vulnus amoris invisible videamus” (Herido fue el Corazón de Cristo para que por la herida visible de su costado, viéramos también la herida invisible de su amor).
Es ahora cuando debemos dejar los resentimientos, corajes, odio, incertidumbre, desamor, etc. y de todo aquello negativo que va contra el amor verdadero que nos manda profesar nuestro Señor Jesucristo, y en su lugar debemos amar al prójimo y ser valerosos ante las vicisitudes que aquejan actualmente al mundo entero.
El Corazón de Jesús que no es sino el mismo Jesucristo nuestro Señor visto desde su interioridad de sentimientos y moral. Él que en todo momento cuida de sus fieles y les propone le devuelvan amor por amor; el que provee a todos los que creen en él de todas las gracias necesarias para su estado de vida: así al niño, al joven, al viejo, al casado al soltero, al sano y al enfermo, al justo y al pecador, a todos llama para darles Su amor porque creaturas del Padre es el género humano a quien por amor dio un alma para cada uno y con ello a su unigénito convirtiéndonos en hijos suyos.
El objetivo de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, es salvar almas, y mientras transitan por este mundo acompañarles dándoles todo lo que les es menester para que mientras dure éste viaje terrenal, efímero y transitorio sea lleno de Su Misericordia y de santidad, no obstante el ser humano que por su condición de tal caiga en repetidas ocasiones manchando su alma y deba ser de nueva cuenta limpiada con la sangre preciosa de Jesucristo. Es allí en donde el Corazón de Jesús sale de nueva cuenta al encuentro de aquel que ha perdido la gracia para levantarle con Su Misericordia y generosidad a fin de ayudarle a levantarse y que las caídas sean cada vez más distantes y prosiga el camino emprendido, dejando atrás el desánimo hasta que llegue a su destino final que es la salvación eterna. De ahí que los devotos a Su Sagrado Corazón tengan de entre otras, una promesa más: “A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final”
Él no abandona, es el amigo fiel, el único que merece Gloria, amor y reparación; porque sólo a Él, con el Padre y con el Espíritu Santo le pertenece todo el Poder, toda la Gloria y todo el Honor eternamente.
Vivamos este día 19 de junio interiormente la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, con humildad y espíritu de reparación, anteponiendo ante todo su interés y pidamos por la liberación de tantas almas corroídas por el vicio del pecado y de tantas cosas vanas y mundanas que dañan a la naturaleza humana; que nos dé fuerza para hacer ante todo su voluntad y confiar en Él y que podamos decir siempre y hasta el final de nuestras vidas: Sagrado Corazón de Jesús en vos confío.