/ viernes 1 de septiembre de 2023

Sobre la educación de nuestros niños y los nuevos libros de textos

La formación académica en el nivel básico ha estado en el ojo del huracán desde hace muchas décadas, la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) implementó hace años una prueba conocida como PISA por sus siglas en inglés (Programme for International Student Assessment ) que evalúa y mide el nivel de conocimiento de los estudiantes de 15 años entre los distintos países de la organización, esta mide distintas dimensiones como son: lecto escritura, matemáticas y ciencias.


Como país, históricamente, hemos obtenido calificaciones bajas en dicha prueba, lo que denota una falta de rigor en los programas y planes de estudio que se han diseñado e implementado en las diferentes administraciones y de los distintos partidos que han estado en el gobierno federal; la primera vez que se aplicó esta prueba fue en año 2000.

El rezago educativo se acrecentó después de la pandemia, donde se determinó un retroceso de 1.5 años escolares en los alumnos de educación básica, esto sin contar los millones de estos que no regresaron a clases.

Estos factores ya eran una cuestión relevante a mejorar, pero ahora, el gobierno federal a través de la SEP (Secretaría de Educación Pública) decidió imprimir nuevos libros de texto sin tomar en cuenta a las partes interesadas de acuerdo con el artículo 3· de la Constitución y la Ley General de Educación, que mandan incluir a profesores, padres de familia, representante de los estados, etc. en el diseño de los mismos y de del plan educativo, y, entregó libros que no respetaron ese proceso. El problema va más allá de los libros de texto, hoy, agosto 2023, no hay alternativa, es entregar esos libros o no dar elementos para estudiar a los niños de primaria y secundaria, y para ser claros, los niños aprenderán más con un libro que sin un libro en las manos (aún con todos los errores que puedan tener).

A pesar de que se realizó un esfuerzo para que los alumnos que salieron de clases en el ciclo anterior donaran sus libros (se logró una donación de casi un millón de ejemplares en Guanajuato), estos no son suficientes. Como padres y miembros de la sociedad debemos involucrarnos en el tema y encontrar una forma de apoyar, pero, sobre todo, debemos entender y conocer que es lo que se les está enseñando a nuestros hijos, nietos, sobrinos o hermanos, somos la última línea de defensa para una educación mal diseñada y cargada ideológicamente.

Este tema, es especialmente sensible para mí, soy profesor y también, logré tener movilidad social gracias a la formación académica, razones de fondo para buscar la mejor educación para nuestros niños y también aspirar a tener un mejor país.

Presidente de Coparmex Irapuato-Salamanca
@OpiniónCoparmex




La formación académica en el nivel básico ha estado en el ojo del huracán desde hace muchas décadas, la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) implementó hace años una prueba conocida como PISA por sus siglas en inglés (Programme for International Student Assessment ) que evalúa y mide el nivel de conocimiento de los estudiantes de 15 años entre los distintos países de la organización, esta mide distintas dimensiones como son: lecto escritura, matemáticas y ciencias.


Como país, históricamente, hemos obtenido calificaciones bajas en dicha prueba, lo que denota una falta de rigor en los programas y planes de estudio que se han diseñado e implementado en las diferentes administraciones y de los distintos partidos que han estado en el gobierno federal; la primera vez que se aplicó esta prueba fue en año 2000.

El rezago educativo se acrecentó después de la pandemia, donde se determinó un retroceso de 1.5 años escolares en los alumnos de educación básica, esto sin contar los millones de estos que no regresaron a clases.

Estos factores ya eran una cuestión relevante a mejorar, pero ahora, el gobierno federal a través de la SEP (Secretaría de Educación Pública) decidió imprimir nuevos libros de texto sin tomar en cuenta a las partes interesadas de acuerdo con el artículo 3· de la Constitución y la Ley General de Educación, que mandan incluir a profesores, padres de familia, representante de los estados, etc. en el diseño de los mismos y de del plan educativo, y, entregó libros que no respetaron ese proceso. El problema va más allá de los libros de texto, hoy, agosto 2023, no hay alternativa, es entregar esos libros o no dar elementos para estudiar a los niños de primaria y secundaria, y para ser claros, los niños aprenderán más con un libro que sin un libro en las manos (aún con todos los errores que puedan tener).

A pesar de que se realizó un esfuerzo para que los alumnos que salieron de clases en el ciclo anterior donaran sus libros (se logró una donación de casi un millón de ejemplares en Guanajuato), estos no son suficientes. Como padres y miembros de la sociedad debemos involucrarnos en el tema y encontrar una forma de apoyar, pero, sobre todo, debemos entender y conocer que es lo que se les está enseñando a nuestros hijos, nietos, sobrinos o hermanos, somos la última línea de defensa para una educación mal diseñada y cargada ideológicamente.

Este tema, es especialmente sensible para mí, soy profesor y también, logré tener movilidad social gracias a la formación académica, razones de fondo para buscar la mejor educación para nuestros niños y también aspirar a tener un mejor país.

Presidente de Coparmex Irapuato-Salamanca
@OpiniónCoparmex