/ domingo 18 de agosto de 2024

Nos manifestamos, ¿y la oposición?

El domingo pasado, un puñado de ciudadanos nos manifestamos frente oficinas del INE, en la Ciudad de México, y en otras más del país y fuera, exigiendo a su Consejo General respetar la decisión de la ciudadanía votante en la elección pasada, a la proporción que dio a cada coalición o partido. Demandamos evitar el agandalle morenista, que obteniendo el 57% de votos efectivos (el otro 43% los ciudadanos lo dieron a las oposiciones), pretende que le den el 75% de diputados. Abonamos a concientizar a parte del pueblo que ignora intentona y sus consecuencias de sobrerrepresentación. Se perciben tres estados de ánimo o actitudes contrastantes: unos sienten que el barco va bien, otros ven riesgos de catástrofe y los que no votaron les vale el destino común.

En Irapuato marchamos medio centenar de manifestantes, con buena cobertura de los medios. Escuchamos fuertes reclamos por la ausencia de dirigentes, candidatos y militantes de PAN, PRI, MC y PRD. A todos, oficialistas y opositores, los dirigen impresentables, sin solvencia moral. El del PRI, ese día 11, se hizo reelegir en forma antidemocrática y envió señas de querer traficar con la 4T (el PRIMOR genético). Los dirigentes del PAN, nacional y locales, sus candidatos y militantes, invisibles, pasmados, deprimidos.

En el PAN se anuncian dos procesos simultáneos de “renovación” de dirigencias. En lo nacional, con el método ordinario, democrático, abierto a su militancia añosa y escasa. En Guanajuato, por el contrario, con el extraordinario, de permitir votar solo a los 110 consejeros estatales, cerrado a sus 16 mil 280 militantes. Varios decepcionados ya anuncian retiro o renuncia. El periódico AM publicó ese domingo una radiografía de cada uno de esos consejeros: 42 trabajan para el gobierno del estado (en secretarías de Desarrollo Social, de Gobierno, los más), 20 son familiares de éstos, 11 en nómina de ayuntamientos, 18 en legislaturas federal o local, 10 en comités directivos panistas. Solo nueve supuestos “independientes”, ni 10%. La senadora Alejandra Reynoso, avalada por el exgobernador Carlos Medina y otros liderazgos locales, impugnaron esa convocatoria en el Tribunal Electoral del Estado, por violar derechos de la militancia. En cambio, el gobernador Diego Sinhue dio su apoyo abierto a su “mancuerna con colmillo muy grande”, la de su exsubsecretario de Desarrollo Social y de su secretaria particular, para ser ungidos dirigentes, por esa burocracia doblada y conducida por su actual jefe de gabinete; con pretensión de extenderse en el tiempo para seguir lucrando con recursos públicos. Este PAN duro y rancio no tiene viabilidad aquí ya.

En los siguientes días las turbulencias continuaron. El Tribunal Electoral federal calificó la elección presidencial el miércoles 14, desechó 240 impugnaciones de partidos y ciudadanos. Vale reconocer a la Magistrada Janine Otálora, quien resaltó varias irregularidades: 1) fraude a la ley y procesos adelantados, porque la precampaña presidencial de Morena se adelantó 12 meses, con inmensos recursos, a la vista de todos; 2) la indebida injerencia de López Obrador, quien en 50 mañaneras atacó a Xóchitl Gálvez; 3) Injerencia del crimen organizado, quitando y poniendo candidatos y financiando campañas de Morena (surgió el escándalo del Mayo Zambada). Y el jueves, en la sede del mismo Tribunal, la declarada presidenta electa, reclamó que le otorgue sobrerrepresentación de sus diputados y les advirtió que sigue la reforma al Poder Judicial.

El viernes, jueces y magistrados se convocaron a votación digital el 19 de agosto, para decidir ir a paro nacional indefinido, hasta que sean escuchados. Buscan “se respete el Estado de derecho por medio de la garantía de la independencia judicial y no se ponga en riesgo la carrera judicial”. El mismo día, diputados de Morena anuncian que va la elección directa de ministros y jueces y tómbola cuando haya muchos aspirantes a un cargo.

La tripulación del país la dirige un psicópata que confrontó a pasajeros del barco entre buenos y malos; en el cambio de capitán -que no de tripulación-, pretende un destino distinto y acelerar cambio de régimen a una dictadura populista, como Venezuela. ¿Y la oposición dónde está?

Analista político

@jalcants

El domingo pasado, un puñado de ciudadanos nos manifestamos frente oficinas del INE, en la Ciudad de México, y en otras más del país y fuera, exigiendo a su Consejo General respetar la decisión de la ciudadanía votante en la elección pasada, a la proporción que dio a cada coalición o partido. Demandamos evitar el agandalle morenista, que obteniendo el 57% de votos efectivos (el otro 43% los ciudadanos lo dieron a las oposiciones), pretende que le den el 75% de diputados. Abonamos a concientizar a parte del pueblo que ignora intentona y sus consecuencias de sobrerrepresentación. Se perciben tres estados de ánimo o actitudes contrastantes: unos sienten que el barco va bien, otros ven riesgos de catástrofe y los que no votaron les vale el destino común.

En Irapuato marchamos medio centenar de manifestantes, con buena cobertura de los medios. Escuchamos fuertes reclamos por la ausencia de dirigentes, candidatos y militantes de PAN, PRI, MC y PRD. A todos, oficialistas y opositores, los dirigen impresentables, sin solvencia moral. El del PRI, ese día 11, se hizo reelegir en forma antidemocrática y envió señas de querer traficar con la 4T (el PRIMOR genético). Los dirigentes del PAN, nacional y locales, sus candidatos y militantes, invisibles, pasmados, deprimidos.

En el PAN se anuncian dos procesos simultáneos de “renovación” de dirigencias. En lo nacional, con el método ordinario, democrático, abierto a su militancia añosa y escasa. En Guanajuato, por el contrario, con el extraordinario, de permitir votar solo a los 110 consejeros estatales, cerrado a sus 16 mil 280 militantes. Varios decepcionados ya anuncian retiro o renuncia. El periódico AM publicó ese domingo una radiografía de cada uno de esos consejeros: 42 trabajan para el gobierno del estado (en secretarías de Desarrollo Social, de Gobierno, los más), 20 son familiares de éstos, 11 en nómina de ayuntamientos, 18 en legislaturas federal o local, 10 en comités directivos panistas. Solo nueve supuestos “independientes”, ni 10%. La senadora Alejandra Reynoso, avalada por el exgobernador Carlos Medina y otros liderazgos locales, impugnaron esa convocatoria en el Tribunal Electoral del Estado, por violar derechos de la militancia. En cambio, el gobernador Diego Sinhue dio su apoyo abierto a su “mancuerna con colmillo muy grande”, la de su exsubsecretario de Desarrollo Social y de su secretaria particular, para ser ungidos dirigentes, por esa burocracia doblada y conducida por su actual jefe de gabinete; con pretensión de extenderse en el tiempo para seguir lucrando con recursos públicos. Este PAN duro y rancio no tiene viabilidad aquí ya.

En los siguientes días las turbulencias continuaron. El Tribunal Electoral federal calificó la elección presidencial el miércoles 14, desechó 240 impugnaciones de partidos y ciudadanos. Vale reconocer a la Magistrada Janine Otálora, quien resaltó varias irregularidades: 1) fraude a la ley y procesos adelantados, porque la precampaña presidencial de Morena se adelantó 12 meses, con inmensos recursos, a la vista de todos; 2) la indebida injerencia de López Obrador, quien en 50 mañaneras atacó a Xóchitl Gálvez; 3) Injerencia del crimen organizado, quitando y poniendo candidatos y financiando campañas de Morena (surgió el escándalo del Mayo Zambada). Y el jueves, en la sede del mismo Tribunal, la declarada presidenta electa, reclamó que le otorgue sobrerrepresentación de sus diputados y les advirtió que sigue la reforma al Poder Judicial.

El viernes, jueces y magistrados se convocaron a votación digital el 19 de agosto, para decidir ir a paro nacional indefinido, hasta que sean escuchados. Buscan “se respete el Estado de derecho por medio de la garantía de la independencia judicial y no se ponga en riesgo la carrera judicial”. El mismo día, diputados de Morena anuncian que va la elección directa de ministros y jueces y tómbola cuando haya muchos aspirantes a un cargo.

La tripulación del país la dirige un psicópata que confrontó a pasajeros del barco entre buenos y malos; en el cambio de capitán -que no de tripulación-, pretende un destino distinto y acelerar cambio de régimen a una dictadura populista, como Venezuela. ¿Y la oposición dónde está?

Analista político

@jalcants