No es reciente… hace ya unos cuántos años atrás publiqué un supuesto gesto de generosidad que “don Dani” había tenido hacia mi persona; me había obsequiado nada más ni nada menos que el mismísimo pañuelo del Papa Juan Pablo II, pero… la realidad era otra muy distinta. Veamos.
Mi publicación llevó como título: “EL PAÑUELO DE JUAN PABLO II” Narré en mi escrito de fecha 28 de abril de 2014 lo que Daniel Ruiz Corona me habría fantásticamente relatado, y yo le habría creído, pues me lo comentaba de quien me referí en ese entones como “…hombre culto, abogado probo y de conducta intachable…” quien había acudido a presenciar la visita de Juan Pablo II a la ciudad de San Juan de los Lagos allá por los 90”s.
En mi artículo narré que dicha persona al ver el inicio del recorrido que hacía Juan Pablo II a bordo del papamóvil, aquel se había emocionado al grado de ponerse de rodillas a su paso, y que el pontífice al ver dicha actitud habría dado la orden al conductor de detener la marcha de la unidad, pidiéndole enseguida que llamara a la persona que estaba de rodillas, o sea a don Dani, y una vez que así lo había hecho y de que se acercó hasta el papamóvil, el máximo jerarca del catolicismo le habría obsequiado su pañuelo personal que llevaba.
No obstante lo relatado en la publicación antes citada, hoy afirmo que nunca ocurrió tal gesto. Narré hechos no confirmados por mi persona, dejándome llevar de buena fe de lo que me comentó quien supuestamente los había vivido.
¿Cómo fue que me di cuenta de la verdad? No aseveraría algo así si no se me hubieran abierto los ojos la incuestionable objetividad de la tecnología sugerida por amigos y personal de prensa, específicamente de televisa. Así es, en efecto… si no existiese el video totalmente completo de la visita de Juan Pablo II a San Juan de los Lagos -sin cortes ni edición alguna- y que es prueba irrefutable de los movimientos paso a paso del Papa y cuyo link es fácilmente consultable por cualquier persona en la plataforma de internet denominada YouTube bajo el título de: “El Papa Juan Pablo II en San Juan de los Lagos (parte 1 de 3)” donde Valentina Alasraky realiza la cobertura televisiva mostrando paso a paso, cuadro a cuadro detalladamente todo el recorrido del sumo pontífice; desde que se bajó del helicóptero que lo transportaba y durante todo el recorrido y su llegada a su destino final en el papamóvil, evidenciándose así el engaño de que había sido objeto mi pluma periodística.
Bien, ahí podemos apreciar claramente que en aquella feliz ocasión para los “sanjuaneases” por la visita de Juan Pablo II una vez que descendió del helicóptero que transportaba al pontífice, saludó de mano a autoridades políticas y eclesiásticas que lo recibieron habiendo sido para esa ocasión el Gobernador de Jalisco Guillermo Cossío Vidaurri quien le ofreció un presente, para enseguida saludar de mano a un grupo de personas, subiendo en seguida a la unidad marca Chevrolet adaptada para esa ocasión como papamóvil. Cabe también destacar que en todo momento de la grabación le son visibles las manos a Juan Pablo II en las que nunca porta pañuelo alguno.
Una vez que el Papa abordó la unidad y comenzó su recorrido, no hizo parada alguna durante el trayecto que lo llevaría hasta el Santuario de la Virgen de San Juan de los Lagos, y mucho menos aconteció el suceso que tristemente engañado retransmití lo que me había narrado Daniel Ruiz Corona relativo a que se hubiere hincado ante la presencia del sumo prelado Juan Pablo II y que por tal motivo se hubiese detenido el Papa ante tal hecho para obsequiarle su pañuelo. ¡Chale! Y yo que en su momento sí me la creí a pesar de varias voces que me alertaban: “no seas ingenuo”; y lo peor, que lo conté…!!! Y una vez que hicieron santo a Juan Pablo II hasta llegué a pensar que el famoso pañuelo se habría convertido en una reliquia.
Por tanto con certeza hoy afirmamos que los hechos narrados en el citado artículo fueron redactados bajo un perspicaz engaño, sin embargo esto es así, ni modo… suele ocurrir, no seré el primer incauto y en esa ocasión me pasó a mí. Respeto a mis lectores ante todo.