Desde hace unos meses, se puso en el centro del debate si se debía reducir o no la jornada laboral, es decir, pasar de 48 a 40 horas semanales, con dos días de descanso. Hoy la reforma legislativa se puede considerar un hecho y sólo se estaría definiendo su entrada en vigor para febrero de 2024.
Es una realidad que México es uno de los países que más trabaja y es menos productivo, en el pasado reciente ya tuvimos una reforma de gran calado, me refiero al incremento de días de vacaciones, que si bien es positiva y fue apoyada desde Coparmex, también consideramos que no se implementó de la mejor forma; se hubiera podido abrir la posibilidad de permitir dos periodos vacacionales y hacerlo escalonadamente. Lo mismo pasa con esta reforma, consideramos que se deben escuchar a todas las voces y no solo la de unos cuantos.
En nuestro país, el 99.8% de las empresas son Mipymes y generan el 72% del empleo, lo que conlleva que una gran parte de su gasto de operación es la nómina. Conocer y entender este hecho debe permitir a los legisladores y actores involucrados a tomar en consideración los diferentes que inciden en este tipo de empresas. No se puede hacer una modificación a las leyes, sin tomar en cuenta la naturaleza de las diferentes empresas, esto de acuerdo con la estratificación que ha diseñado el propio gobierno para su tratamiento.
Es importante conocer las diferentes variables que pueden afectar a las empresas y cuidar que este tipo de modificaciones no genere un cierre de microempresas, porque además de la reducción de la jornada laboral, para el próximo 2024, ya se autorizó un incremento al salario mínimo de 20%, lo que incidirá de manera directa en los costos de operación de todas las empresas.
Al pensar en una reducción de la jornada laboral, se debe pensar que muchas de las unidades económicas de nuestro país son de servicios, esto generará que se deban contratar más personal o acortar los tiempos de atención. Pongo, por ejemplo, un restaurante, un hotel o una estética. Para que estos negocios puedan operar, deberán tener más personal y, por lo tanto, incrementar sus gastos de operación, lo que necesariamente impactará de una forma u otra a los precios que pagamos los consumidores.
No se trata de rechazar la reducción de la jornada laboral, lo que buscamos es diseñar los mejores esquemas para implementarla sin afectar a los consumidores o generar un cierre de empresas por inviabilidad financiera.
En Coparmex estamos comprometidos con crear más y mejores empresas con trabajos dignos y bien remunerados, en consecuencia, también buscamos las mejores condiciones para nuestros colaboradores.
Presidente de Coparmex Irapuato-Salamanca
@OpiniónCoparmex